Guadi con Mamá. ¡Hermosas! |
Guada había faltado a la colonia y, como mi hermana y yo estamos de vacaciones, estudiando pero de vacaciones en fin, se quedó con nosotras. A la hora del almuerzo mi hermana del medio seguía muy cómodamente durmiendo, por lo que comimos nosotras dos solas. Hablamos un montón de cosas entre las dos. Es curioso porque, cuanto más hablaba, más me daba dando cuenta de que sus gestos, su forma de expresarse, sus temas de conversación habían cambiado. Ella era la que me preguntaba de todo... pero era yo la que se preguntaba que estuvo haciendo en todo ese tiempo en el que su pequeña hermana había crecido. Es triste sentir que no le doy toda la atención que en realidad se merece. Sin embargo, ahora que abrí los ojos, me propongo despegarme un poco de mi mundo y concentrarme en el suyo, que está en constante crecimiento pero también lleno de inocencia, juegos, risas y amor, mucho amor para dar. Porque ella es eso: Amor en constante interacción.
Ya es hora de recibir ese amor y brindarlo también antes de que llegue a la adultés y me pregunte cuando fue que ella se convirtió en una adolescente y yo en una vieja. Tal vez tenga salvación.