El mundo giró a nuestro alrededor sin historias que vivir.
Mil recuerdos se apagan.
Aún quedan las cenizas antes de arder en llamas.
¿Quienes somos?
¿A qué le tememos?
Hay un final para esta historia que nunca fue escrito.

Skylar Grey - Wear Me Out

domingo, 14 de diciembre de 2014

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Mi cabeza... Quiero arrancármela del cuerpo. ¿Puede ser que no deje de pensar? Son cosas absurdas, incoherencias, que por más que me repita una y mil veces que no son verdad otra vosecita en mi interior me dice que hay un mínimo de posibilidad de que mi peor temor se haya hecho realidad. Pero no es verdad. Yo sé. Lo sé bien. No sería capaz.
Me siento mal por pensar así. ¿Acaso no me demuestra lo contrario? Me siento otra persona, una que conozco muy bien. Podemos llegar a ser como uña y carne con nuestros parecidos. ¿Será que heredé su inseguridad? Porque se trata de eso: una piba insegura temerosa de perder... Odio esta parte de mí. La odio con toda mi alma. ¡Sin tan solo pudiera eliminarla! Reprimirla. Dejaría de pensar.
Necesito un descanso. Cerrar los ojos y pensar en algún lugar. Que me abrace.


martes, 9 de diciembre de 2014

Aferrarme.

Acabo de ver un video en el que hablan del por qué las personas estando felices y enamoradas tienden a, a veces, sentirse tristes y melancólicas. Se explica que la tristeza proviene del saber que ese sentimiento casi sobrenatural llamado Amor un día puede ser capaz de desaparecer, de esfumarse con el viento como un susurro lejano. Y pensé en cuanta razón tenía aquel joven que estaba dando su explicación.
La vez que me sentí así, que la tristeza me invadió entre tanta felicidad, fue cuando le dije que lo amo por primera vez. Cuando esas dos palabras tan poderosas comenzaron a hacer ruido dentro de mi cabeza. Al principio no tuvo reacción de lo que le acababa de decir, y luego se lo repetí. Solo cuando se percató de mis palabras me dijo que nunca nadie se lo había dicho de esa forma, con tanto sentimiento.
Entristecí, por ese momento, porque era tal la euforia que sentía que no creí que pudiera sentir algo así otra vez en mi vida. Fue algo único. Irrepetible. Lo amaba, y se lo había dicho, al fin. Lo amaba... ¿Y qué había después del amor?
Porque soy de verle el final a las cosas, no pude evitar pensar que el nuestro estaba ahí, esperando a ocurrir. Un día dejaríamos de ser adolescentes, no estaríamos sentados en aquel sillón que se había convertido en el protagonista de nuestros encuentros y que tal vez, un día, en el futuro, sería otro el que me estuviera viendo a los ojos y diciendo que me amaba. Yo no quería aceptar eso, de ahí vino la tristeza. Luego borré ese pensamiento de inmediato y me propuse abrazarlo y quedarme junto a él, volviendo a ese momento eterno, único e irreemplazable.
Al ver este video lo comprendí: No tenemos por qué soltar lo que amamos y dejar que simplemente se desgaste con el tiempo, sino que debemos aferrarnos a aquello que nos provoca amar y en lo posible no dejar que se nos vaya. Podemos perdernos en el intento pero al menos sabremos que lo intentamos. Y yo me propongo aferrarme al amor que siento por él. Me propongo abrazarlo más, besarlo más y decirle que lo amo todas las veces que lo sienta. No pienso dejar que el viento se lleve nuestros besos ni que el tiempo termine con nuestra historia. Porque con él descubrí lo que es amar, porque es él mi primer amor y así permanecerá. Porque lo amo, me aferro a él. 

"No voy a dejarte ir. No acepto la naturaleza efímera de este momento. La voy a extender para siempre. O al menos lo voy a intentar...".