A veces te amo. A veces te odio. A veces te extraño. A veces quiero un poco de espacio. Pero no te alejes demasiado por favor, no quisiera perderte. Ahora mismo me conformo con hablarte detrás de una pantalla, y decirte que te quiero a través de esta. Sin embargo, no es lo mismo. Para nada. Quiero decírtelo de frente. Cara a cara. Quiero mirarte a los ojos cuando te lo diga. Y saber así, cuando me digas que me quieres, si tus ojos reflejan lo mismo que tus palabras. Si tu mirada es la mima que imagino del otro lado. Y así como quiero decirte cuanto te quiero también quiero besarte. Tus labios... esos labios que conozco bien. Quiero besarlos. Sentir su sabor. Antes sabían a menta... Me pregunto a que sabrán ahora. Tal vez a frutilla. Tal vez al labial de otra mujer. No importa. Tus labios compartidos fueron, pero tengo la esperanza de que vuelvan a ser míos. De que sea yo la besada. Quiero ser basada por vos. Quiero darte de nuevo el primer beso. ¿Sabrá igual que antes? No lo creo. Porque vos cambiaste, y yo también. Crecimos, maduramos. Y ahora hablamos. Hablamos y hablamos. Me gusta hacerlo, pero, si te soy sincera, prefiero tenerte más de cerca.
Te extraño. Mucho. Hace unos días que dejamos de hablar... y eso me preocupa. ¿Será que ya no te importo? ¿Qué estás bien con ella? Pero dijiste que me querías... Tal vez no sea el mismo querer que el que yo siento. Lo entendería. Claro que sí. Y aunque esperé, esperé mucho, ya no sé si puedo seguir haciéndolo. Justo ahora que creí que estaba tan cerca. Creo que estoy errada, que me acerqué más a vos, pero que ese acercamiento tiene una barrera, una que no puedo derribar. A veces me siento una molestia. Pienso que te molesto. Y luego hablamos bien, las horas pasan, y ya no me siento así. De repente me siento cómoda. Como si fuera bienvenida en tu vida. Como si te cayera bien que me entrometa en tu mundo. Me gusta ser parte él.
Me gustaría ser la parte importante de él. La chica en la que te acuestes pensando con una sonrisa en los labios y despiertes de la misma manera a la mañana siguiente. Eso es lo que yo hago. Todos los días, cada día. Me gustaría ser tus días... Porque mis días están inmersos de ti.
