Solía creer en el Para siempre. Solía creer que un buen día llegaría mi turno de caminar hacia el altar con un vestido blanco, largo y sencillo, hacia mi futuro esposo que hasta ese entonces sería el hombre que estaría a mi lado por años. Solía verme sentada en el sofá de mi futura casa con el hombre a quien amo. Solía imaginar dos bellas sonrisas diciendo lo mismo, aclamando lo mismo, significando lo mismo. Bien, ese sueño eterno se ha vuelto muy lejano de cumplir. Muy lejano de desear, muy lejano de apreciar.
No hay que olvidar al niño que está en tu interior, dicen algunos. Yo no la olvido, es solo que dejé de leer los cuentos de princesas, al mismo tiempo en que comencé a fijarme en los chicos. Al mismo tiempo en que comencé a arreglarme para verme linda. A la vez que crecía mi pelo.
Mientras aquella nena inocente fue creciendo pudo ver el secreto que se ocultaba en los ojos de su mamá, y el problema que se encontraba en su papá. Vio más de lo que esperaban que viera, escuchó cosas que deseó no haber escuchado, y vivió escenas dramáticas de novelas transcurrir en su propia casa. En ese intento de hogar decorado siempre para tapar las grietas que nacían en su interior.
Es por esa realidad por la que terminé creyendo con certeza que el amor verdadero y duradero pocas veces se encuentra. Y bendito sea del que lo encuentre. Yo tengo miedo de no encontrarlo. Tengo miedo de llegar al momento de casarme y divorciarme años después por no haber resultado como esperaba. Y me pregunto si eso está bien o mal. Muchas veces, como ahora, me digo que tengo que dejar de pensar tanto, pero es inevitable cuestionarme la cantidad de cosas que se me vienen a la cabeza.
Uno decide casarse con la persona a quien ama, y cualquier cosa puede pasar en medio de esa relación pero que si hay amor van a volver a llamarse porque simplemente no podrían estar sin el otro.
El casamiento es una celebración de amor. Es el día en que dos personas deciden unir sus lazos prometiendo amarse para toda la vida. Sin embargo... ellos lo prometen, ¿pero saben si verdaderamente van a amarse por siempre?
El día que me quiera casar voy a saberlo, y que los miedos invadan mi cuerpo. No importa.
