Voy a ser sincera conmigo misma... No estoy orgullosa de muchas cosas que hice. Cometí más errores y tropecé más de la cuenta. Más de una vez me golpeé la cabeza contra la pared. ¿Por qué lo hago? Quizás no exista un razón coherente. Quizás mi malhumor constante no tenga una excusa con la cual atajarme. O puede que sí y que todavía no me haya dado cuenta. Si ni siquiera puedo entenderme a mí misma, ¿cómo espero comprender a los demás? Es un mundo grande allá afuera, lejos de mi cabeza. Mucha gente a la que procesar. Ok. Primero tengo que empezar conmigo. No estoy orgullosa de mí ahora, pero pronto aprenderé a hacerlo. Y ese día voy a empezar a sonreír. Me vendría bien sonreír.
Quizás no tenga una razón, pero puede que exista una solución.