Todavía se sentía fatal por como lo trató. Y se sentía peor
por haberse acordado del innombrable al estar con él. Y se sentía peor aún al
reconocer que seguía perdidamente enamorada.
-
Se sincera con vos misma. No podés olvidarlo por más
inútil que sea.- Se dijo, y dejó caer una lágrima, seguida por otras dos. Hasta
llorar toda la noche y quedar profundamente dormida.
Tal como pensó Alan, era como una niña que necesitaba ser
despierta de una pesadilla.