El mundo giró a nuestro alrededor sin historias que vivir.
Mil recuerdos se apagan.
Aún quedan las cenizas antes de arder en llamas.
¿Quienes somos?
¿A qué le tememos?
Hay un final para esta historia que nunca fue escrito.

Skylar Grey - Wear Me Out

domingo, 29 de junio de 2014

Odio las películas.

Sí, como dice el título, odio las películas. No porque las encuentre aburridas o sin sentido, sino que porque me encantan. Tanto como los libros o la música. Lo que odio es sentirme atrapada por ellas, creerme la chica de la película, el personaje inventado. Meterme en ese mundo de fantasía y desprenderme fácilmente de la realidad que me rodea. En ese mundo paralelo en el que me es muy fácil soñar, entrar y salir cuantas veces quiera. Puede que lo encuentre como un refugio al cual acudir cuando el mundo me pese tanto. Solo basta con cerrar los ojos e imaginar una historia distinta, una en la que soy feliz siendo un personaje ficticio de mi imaginación.
Odio las películas, tanto que las amo. Amo las historias, la ficción, esos personajes perfectamente imperfectos y esas hermosas palabras envueltas en dedicados diálogos. Y a pesar que me guste extender el sueño, también conservo los pies en el suelo, y sé que las películas son solo eso: películas, creadas para escapar de esta alocada vida; para permitirnos, aunque sea por una hora, elevarnos hacia las nubes.