Labios de color rojo quemando tus instintos, liberando cada retención haciéndote creer que no hay pecado que pecar, ni lamento que lamentar. Tan poderosa como la manzana que a Blanca Nieves adormeció. Tan irresistible como los labios que el príncipe por fin besó, librándose de toda angustia, adueñándose del corazón de su dama.
Mis sueños oscuros son, más a ellos no les temo. Mis secretos están arañando las paredes, las están debilitando. Pronto el caparazón que las encierra se romperá, al igual que mi corazón tan solo por un momento se detendrá; y solo entonces podré respirar, cuando los secretos sean liberados.